¿Cuántos de nosotros hemos tenido ganas de comer comida a la parrilla, después de oler la barbacoa de nuestro vecino, o se nos ha despertado un deseo repentino de comer pastel de chocolate después de ver uno en el escaparate de una pastelería?
Y es que no es raro que permitamos que factores como nuestros sentidos, emociones o creencias influyan en qué, cuándo y cuánto comemos.
Diferentes partes de tu cuerpo a veces te envían señales que evocan sensaciones, emociones o pensamientos que interpretas como hambre, estas señales pueden no estar refiriéndose a un hambre real de comida sino a otra cosa. Pero, sin entender qué está pasando, usas la comida como una forma de calmar estas sensaciones.
La alimentación consciente o lo que es lo mismo, la capacidad de consciencia que tienes al alimentarte puede ayudarte a tomar mejores decisiones cuando comes, ya que te permite ser capaz de comprender quién está enviando o por qué estás recibiendo una determinada señal de hambre.
He leído recientemente el libro Alimentación consciente – Mindful eating – de la médico, maestra zen y educadora de alimentación consciente Jan Chozen-Bays, en donde introduce el concepto de los siete tipos de hambre, y menciona que cada uno de ellos está relacionado con una parte diferente de nuestro cuerpo:
- hambre visual,
- hambre nasal,
- hambre bucal,
- hambre estomacal,
- hambre celular,
- hambre mental
- hambre del corazón
e incluso hay una octava si hablamos del hambre que se siente, cuando en realidad es sed.
El desconocimiento o la falta de alimentación consciente en tu vida te puede conducir a comer en exceso, pero una vez que aprendas a reconocer cada tipo de hambre podrás tratar de satisfacerla adecuadamente en lugar de consumir alimentos para calmarla. Además, conocer sobre los diferentes tipos de hambre puede ayudarte a ver otro aspecto de tu interacción con los alimentos que no es tan obvio.
El hambre fisiológica
El hambre más básica, el hambre física o fisiológica, es la que realmente se siente cuando el cuerpo necesita recargar energía. En este caso, las células de tu cuerpo necesitan calorías para mantenerte caliente y activa. Si respondes solo a este llamado básico de tu cuerpo, comiendo solo cuando y cuanto necesitas, no tendrías que luchar con tu peso corporal. Desafortunadamente este no es el caso, y hablando de comida, es muy común que te permitas ceder a tus impulsos en lugar de pensar por un momento y preguntarle a tu cuerpo si realmente necesita eso que deseas comer.
Siete tipos de hambre: ¿qué parte de ti tiene hambre cada vez que tienes ganas de comer?
Hambre Visual
Es el hambre que sientes con tus ojos debido a la apariencia de la comida, su textura y colores.
En este tipo de hambre, los ojos envían el mensaje a tu cerebro de que les gustaría cierta comida, independientemente de que tengas hambre o no. Eso es como cuando ves ese pastelito y quieres comerlo porque se ve rico.
Tip para satisfacer el hambre visual
El hambre de los ojos se satisface con la belleza. Cada vez que vayas a comer debes intentar que tu comida se vea atractiva y deliciosa.
Hambre Nasal
Es el hambre que nos despierta el olor de la comida. Al igual que con el hambre visual, es posible que no tengamos hambre, pero el olor de algunos alimentos es tan seductor que es difícil resistir la tentación de comerlos. El olor, es un sentido muy interesante, porque tiene conexiones directas con nuestro cerebro primitivo, llamado sistema límbico, que se ha considerado como nuestro cerebro emocional. Entonces, este tipo de hambre puede ser difícil de controlar, porque apela directamente a nuestro corazón.
Tip para satisfacer el hambre nasal
El hambre de la nariz se satisface con el olor. Por ejemplo, cada vez que camines por la calle y sientas el olor del pan recién horneado, puedes simplemente sentarte y disfrutar por un momento, estando totalmente presente, sin la necesidad de comprarlo y comerlo si en realidad no tienes hambre, porque como ya mencioné, la nariz quiere oler, no comer.
Del mismo modo, cuando comas tu comida, puedes tomarte un momento durante los primeros bocados, para disfrutar del olor de lo que vayas a comer.
Hambre Bucal
En este tipo de hambre, la boca busca sensaciones placenteras derivadas de la comida. Cada persona tendrá una visión diferente de lo que se siente agradable al comer. A algunas personas les puede gustar la comida crujiente y a otras les gusta la comida blanda, otras pueden preferir la comida picante. Es una cuestión de gustos y dependerá de la cultura, hábitos familiares con respecto a la comida, gustos aprendidos y adquiridos o genéticos, etc. Ten en cuenta que no necesitas sabores fuertes para experimentar una fiesta de sabores en tu boca, solo necesitas estar presente.
Tip para satisfacer el hambre bucal
El hambre bucal se satisface con las sensaciones, diferentes texturas y sabores de la comida. Cuando masticas los sabores cambian, evolucionan hasta que se desvanecen. Luego, para satisfacer el hambre bucal, lo que realmente necesitas es estar conectada con la comida que estás masticando y con todas las sensaciones que ocurren en tu boca mientras comes. De esta manera, lograrás la plena satisfacción. Si no estás conectada mientras comes, la boca continuará pidiendo más para satisfacer su deseo de sentir.
Hambre Estomacal
Es el hambre que se siente en función de las sensaciones de tu estómago, pero esto no significa necesariamente que tu cuerpo necesite comer. Le has enseñado a tu estómago a esperar comida a ciertas horas y lo sientes protestar si no sigues este horario. La clave aquí es aprender a identificar el hambre de tu cuerpo, que puede ser diferente a la señalada por tu estómago condicionado.
Un buen ejemplo de señales del estómago que se confunde fácilmente con hambre es cuando se siente acidez. Muchas personas tienden a comer para calmar esta molestia, pero en ocasiones, esto puede empeorar el problema en lugar de mejorarlo.
Otro ejemplo de hambre estomacal se produce debido a una situación de estrés y sin darte cuenta tu estómago reacciona a ello. Es fácil confundir las señales de angustia con hambre, y para sentirte mejor comes y comes, pero esto no ayuda y de nuevo, puede incluso empeorar la situación.
Tip para satisfacer el hambre estomacal
Es posible satisfacer el hambre estomacal comiendo la cantidad correcta y los nutrientes necesarios y dejando descansar al estómago. Piensa que cuando comes una comida deliciosa, tu boca puede tener la tendencia a seguir comiendo debido al placer que le produce, pero tu estómago puede no estar dispuesto a hacerlo.
Hambre Celular
Este tipo de hambre se siente cuando el cuerpo necesita un nutriente en particular.
Ten en cuenta que naces en armonía con la sabiduría de tu cuerpo y cuando eras pequeña sabías cuándo y cuánto necesitabas comer. Sin embargo, a medida que crecemos este instinto se pierde debido a las numerosas instrucciones e información externa referente a la nutrición con la que te bombardean.
Cuando se siente hambre celular, el cuerpo lo manifiesta con señales del tipo: dolores de cabeza, irritabilidad, pérdida repentina de energía y también es posible llegar a sentir mareos.
En otros momentos hay situaciones en las que se siente una fuerte necesidad de consumir algún tipo de alimento, aunque este alimento puede que incluso no te guste. Cuando esto ocurre, es muy posible que sea nuestra hambre celular indicando que te faltan ciertos nutrientes y es necesario ingerirlos.
Por ejemplo, durante época de mucho calor, si sudas mucho, tu cuerpo puede pedir alimentos salados para recuperar los electrolitos perdidos (sodio y cloro). Este puede ser también el caso cuando sientes la urgencia de consumir chocolate porque a tu cuerpo le falta magnesio, o banano cuando necesita potasio, carne o huevos cuando le falta proteínas o hierro, o cítricos para suplir la carencia de vitamina C. Igualmente, nuestro cuerpo nos pide agua cuando tiene sed.
Tip para satisfacer el hambre celular
Satisfacemos el hambre celular, cuando comemos de manera equilibrada, dándole a nuestro cuerpo suficiente agua, sal, proteínas, grasas, carbohidratos, minerales y vitaminas.
Hambre Mental
El hambre mental es la que se siente guiada por tus pensamientos y conocimientos.
Y es que tu mente está influenciada por lo que oye, ve y ha aprendido que es bueno o apropiado para tu cuerpo.
Pensamientos del tipo: «debería comer más proteínas», “no debería comer chocolate”, “debería tomar 1,5 litros de agua al día”, “no debería dejar comida en el plato” allanan tu mente continuamente.
También te dejas influir por las recomendaciones externas de la última dieta, o los últimos descubrimientos o hallazgos científicos con respecto a nutrición y alimentos, incluso si estos parecen contradecir la información reportada hace poco tiempo. Cuando comienzas a seguir la dieta del pepino, la dieta de la toronja, la dieta del ayuno, la dieta de la sopa de pollo o la dieta sin carbohidratos, estás dejándote guiar por tu hambre mental.
Cuando sigues ciegamente tu hambre mental, puedes estar condenandote a patrones alimenticios basados en la ansiedad y la preocupación.
Tip para satisfacer el hambre mental
Puede ser un reto porque tu mente cambia constantemente en función de los últimos hallazgos y opiniones. Tal vez mantenerte en contacto con tu sabiduría interna y confiar en lo que esta te dice con respecto a lo que tu cuerpo necesita, puede ser una buena manera de comenzar a regular el hambre mental.
Hambre del corazón o Emocional
Es el hambre que se siente causada por las emociones. Este tipo de hambre se produce cuando comes para consolarte o darte ánimos, normalmente, la comida que consumes en esos momentos te hace sentir bien porque está vinculada a buenos y bonitos recuerdos.
Otro ejemplo de este tipo de hambre es cuando te sientes sola o enferma, en esos momentos tiendes a preferir ciertos tipos de alimentos que generalmente están relacionados con alguien que amamos.
Tip para satisfacer el hambre emocional
En la mayoría de los casos, el hambre emocional no se satisface comiendo. Lo primero que debes hacer es verificar tus sensaciones de hambre, date cuenta de que tu boca, estómago y cuerpo no tienen hambre.
Después de eso pregúntate qué emoción, recuerdo o sentimiento te hace desear una determinada comida. ¿Hay alguna manera de satisfacer esta necesidad conectándote con la persona en la que estás pensando, expresando la emoción que sientes de una manera saludable o participando en una actividad creativa o física? Elige pasar a la acción y permítete nutrir tu corazón.
Conclusión
Las señales de hambre enviadas por diferentes partes de tu cuerpo las puedas confundir con el hambre física. De los 7 tipos de hambre, el hambre bucal, la emocional o del corazón y el hambre mental, pueden ser problemáticas para tu peso corporal si no aprendes a detectarlas y manejarlas, ya que pueden llevarte a comer en exceso sin sentirte satisfecha.
Es posible aprender a identificar cada tipo de hambre y evaluar el nivel de cada una en el momento que sientas ganas de comer. Una vez que aprendes a identificar qué parte de tu cuerpo tiene hambre, puedes decidir si comes automáticamente o de manera informada.
Para tener plena satisfacción con la comida, debes prestar atención a la experiencia de comer, teniendo en cuenta las texturas, los colores, el sabor, la temperatura, el sonido y el aroma de lo que comes.
Si quieres tener más información sobre alimentación consciente y descubrir cómo te puede ayudar en tu relación con la comida, te invito a que formes parte del programa de entrenamiento de alimentación consciente basado en la atención plena (MB-EAT).
«Comer es una necesidad, pero comer inteligentemente es un arte»
Francisco VI de la Rochefoucauld
Fundadora de EQness. Neurocientífica. Física con Doctorado en Neurología Clínica. Responsable de proyecto de investigación para entender cómo olvidamos eventos emocionales.