«La esperanza sonríe desde el umbral del año que viene, susurrando ‘será más feliz’ …» ― Alfred Lord Tennyson
Es muy común durante estas fechas evaluar cómo fue el año que nos deja y pensar y planificar los propósitos de año nuevo.
También es frecuente el quejarnos de lo mal que fue el año y de cuánto esperamos que las cosas sean diferentes el próximo. Este tipo de pensamientos navideños indican que esperamos que de algún modo nuestros problemas y sufrimientos, algunos de ellos causados por nosotros mismos, desaparezcan con el año viejo como si estos pertenecieran el uno al otro.

Yo personalmente, en algún momento de mi vida llegue a creer ingenuamente que simplemente pensando positivamente y deseando intensamente un mejor mañana ocasionaría el tan anhelado cambio, como sí solo pensándolo estuviera echando un poderoso hechizo sobre mi destino. Muchos de nosotros esperamos que mágicamente el nuevo año traiga la solución a nuestros problemas, sean estos, una pareja más amorosa y considerada, más dinero, un mejor trabajo, una mejor apariencia física y cómo no, una vida más feliz.
Sin embargo, muy en el fondo o tal vez no tanto, sabemos que en realidad nada va a cambiar y que el próximo año continuará siendo igual que el que está terminando. Y es precisamente porque nos escudamos en el poder de nuestros pensamientos que las cosas no mejoran.
Pero bueno, al menos soy positivo y si pienso positivo, cosas buenas vendrán!
Los resultados que obtenemos en la vida cuando nos entregamos a los pensamientos positivos no son necesariamente opuestos a los que obtenemos si pensamos negativamente. Por el contrario, pueden incluso traer más dolor debido a la frustración que produce el no obtener ningún resultado positivo apesar del esfuerzo.
Otro de los pensamientos más frecuentes durante estos días es “Si realmente creo en mis deseos para el año nuevo, estos se convertirán en realidad”. Sin embargo hay un elemento importante que falta aquí y es el elemento de acción. Cosas positivas no vendrán y nuestros deseos no se harán realidad a menos que hagamos algo para que esto suceda. Y es que nadie ha logrado el éxito sólo pensando y esperando.
Los propósitos de año nuevo o las buenas intenciones deben estar asociadas a una acción, debe haber movimiento, energía que fluya o algún tipo de esfuerzo “físico”. Es decir, para conseguir un cambio debemos planificar y actuar diferente a como lo hemos hecho hasta ahora.
Una versión más adecuada de los pensamientos anteriores sería:
“Si pienso y actúo positivo, cosas buenas vendrán” y “Si realmente creo en mis deseos para el año nuevo y actúo para conseguirlos, éstos pueden convertirse en realidad”.
¿Cómo alcanzar sus propósitos personales?
Si en serio desea hacer cambios en su vida durante el próximo año, aquí hay algunos consejos para lograr sus propósitos de año nuevo:

1. Haga una lista de cosas que le gustaría cambiar
Comience con una lista corta para que no se canse de sólo pensar en todas las cosas en las que tendría que empezar a trabajar en el próximo año. Sea razonable, no es necesario tirar la casa por la ventana con respecto a sus propósitos de año nuevo para que sean válidos o creíbles. No se complique, mientras más sencillo mejor!.
2. Identifique lo que no estaba funcionando
Reflexione sobre cuál ha sido su papel en cada situación y piense en por qué lo ha hecho de ese modo. Recuerde que el único cambio real que podemos hacer es dentro de nosotros mismos, no podemos cambiar a los demás o eventos externos, pero podemos cambiar la forma en que respondemos a ellos.
3. Planee nuevas estrategias
Considere posibilidades diferentes a las que utiliza actualmente para producir los cambios que desea. Trate de evaluar los riesgos y las ventajas de cada uno de ellas.
4. Establezca fechas
Es importante establecer fechas para evaluar el progreso y la eficacia de sus estrategias, así puede ver si lo que está haciendo funciona o si quiere ajustar su estrategia basado en lo que va aprendiendo durante el proceso.
5. Planifique estrategias para mantener la motivación
Hacer cambios requiere un gran esfuerzo, por lo tanto con el fin de garantizar el éxito, sea razonable al establecer sus metas e intente que el proceso sea lo más agradable posible. Si el esfuerzo es demasiado grande y doloroso estará condenándose al fracaso.
6. Sea positivo!
Sí, yo nunca dije que no es bueno. Una vez que sus acciones estén en sintonía con su forma de pensar todo comenzará a encontrar su sitio. Por naturaleza tenemos un sesgo de negatividad, éste era necesario para la supervivencia, pero hoy en día podemos darnos el lujo de ser un poco más neutrales, reconociendo la sabiduría que la negatividad y los fracasos nos proporcionan y así desarrollar comportamientos más saludables.
Por lo tanto, el próximo año comprométase a pensar, hablar, actuar y evaluar de un modo más saludable, sea éste neutro o positivo. Es posible que al hacer este ejercicio empiece a desarrollar la sensación de que muchas cosas buenas siempre estuvieron allí, y que muchas otras están acercándose constantemente, pero simplemente usted no podía verlas.
Parece bastante trabajo, pero vale la pena hacerlo si realmente quiere hacer reformas saludables en su vida. Tome papel y lápiz y empiece a planear.
Aquí les dejo un ejemplo en forma de video para que se animen a hacer sus propósitos de año nuevo.
¡Feliz año nuevo!

Fundadora de EQness. Neurocientífica. Física con Doctorado en Neurología Clínica. Responsable de proyecto de investigación para entender cómo olvidamos eventos emocionales.
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